La idea de contrato en la constitución del Estado Moderno - Tema 15 Filosofía EBAU 2024

Tras la Revolución inglesa ocurrida en 1668 y los cambios políticos que se llevaron a cabo en Europa durante los siglos XVII y XVIII, surgió un cuestionamiento de la idea de que los Estados debían ser gobernados por soberanos que recibían el poder directamente de Dios. A partir de ese momento, se buscó determinar quién debía ostentar legítimamente el poder dentro de los Estados.

Para resolver esta cuestión, los distintos autores de la época comenzaron a teorizar sobre la forma en que nuestros ancestros más antiguos vivieron y cómo se formaron naturalmente los primeros Estados. La indagación en el pasado remoto se convirtió en una herramienta esencial para entender las bases de la autoridad política y la organización de las sociedades.

El cambio de perspectiva en cuanto a la legitimidad del poder político llevó a un enfoque más racional y secular en la teorización sobre la gobernanza de los Estados. Se buscaba establecer un fundamento más lógico y humano para la estructura de poder, sustentado en la comprensión de la naturaleza del ser humano y su convivencia en sociedad.

Así, la reflexión sobre los orígenes y la naturaleza del poder político se convirtió en un tema central en el pensamiento de la época, influyendo en la forma en que se concebían y justificaban las estructuras de gobierno en el contexto de la Ilustración y su énfasis en la razón y la búsqueda del progreso.

Índice

    La teoría del contrato como sumisión de Hobbes

    Hobbes

    La teoría del contrato como sumisión de Hobbes es una perspectiva fundamental en la filosofía política que ha dejado una huella significativa en el pensamiento político moderno. Thomas Hobbes, en su obra "Leviatán", presenta una visión pesimista sobre la naturaleza humana y la vida en el estado de naturaleza, que describe como una condición de guerra y conflicto perpetuos. En este estado, los individuos están en constante competencia por los recursos escasos y no hay autoridad central que imponga el orden y la seguridad. En ausencia de un poder soberano que regule las relaciones entre los individuos, prevalece la ley del más fuerte y la vida se torna "solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta".

    Para escapar de esta situación caótica, los individuos acuerdan un contrato social mediante el cual ceden parte de su libertad y poder a un soberano absoluto. A través de este acto de sumisión, los ciudadanos renuncian a su derecho a la autodefensa y transfieren toda su autoridad al Estado. El soberano se convierte en el único garante del orden y la seguridad, y su poder es ilimitado y absoluto. Hobbes justifica esta sumisión absoluta argumentando que es necesaria para evitar el retorno al estado de naturaleza, donde la vida sería insostenible.

    La teoría del contrato como sumisión de Hobbes se basa en la premisa de que los individuos son egoístas por naturaleza, y solo mediante la autoridad de un soberano pueden vivir en paz y seguridad. Esta visión del contrato social ha sido objeto de numerosos debates y críticas a lo largo de la historia. Algunos filósofos y teóricos políticos argumentan que esta visión limita excesivamente la libertad individual y concentra un poder desmedido en manos del Estado.

    La teoría del contrato liberal de Locke

    Locke

    La teoría del contrato liberal de Locke es un pilar fundamental en el pensamiento político y ha dejado una profunda huella en la construcción de los Estados modernos. John Locke, en su obra "Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil", presenta una visión optimista sobre la naturaleza humana y la vida en el estado de naturaleza. A diferencia de Hobbes, Locke sostiene que en el estado de naturaleza los individuos son libres e iguales, y tienen derechos naturales como la vida, la libertad y la propiedad.

    Para proteger y preservar estos derechos naturales, los individuos acuerdan un contrato social voluntario y mutuo al establecer un gobierno civil. A través de este contrato, las personas transfieren parte de su poder y autoridad a un gobierno elegido para que actúe en beneficio y protección de los derechos individuales. Sin embargo, este contrato social no implica una sumisión absoluta al gobierno, sino más bien un acuerdo basado en el consentimiento y el respeto mutuo.

    Según Locke, si el gobierno no cumple con su deber de proteger los derechos naturales de los ciudadanos, estos tienen el derecho y el deber de rebelarse y formar un nuevo gobierno que sí lo haga. Esta idea de resistencia al poder opresivo ha sido una influencia significativa en movimientos de lucha por la libertad y los derechos a lo largo de la historia.

    La teoría del contrato liberal de Locke ha sido una base crucial para la defensa de los derechos individuales, la democracia y la limitación del poder del gobierno. Su visión sobre la relación entre el gobierno y los ciudadanos ha sentado las bases para la formación de Estados basados en el Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos.

    La teoría del contrato social de Rousseau

    La teoría del contrato social de Rousseau es una de las contribuciones más influyentes en la filosofía política y ha tenido un impacto significativo en la concepción del Estado moderno. Jean-Jacques Rousseau, en su obra "El contrato social", aborda la cuestión de cómo se puede establecer un gobierno legítimo que proteja los derechos y libertades individuales, a la vez que preserve la igualdad y la voluntad general del pueblo.

    En el estado de naturaleza, según Rousseau, los seres humanos vivían en un estado de libertad y armonía, pero también enfrentaban ciertos conflictos. La formación del contrato social es un paso necesario para superar estos conflictos y establecer una sociedad civilizada. En este contrato, cada individuo renuncia a su libertad natural e ilimitada para unirse a una comunidad política, creando así un cuerpo político unificado.

    El elemento clave de la teoría de Rousseau es la noción de "voluntad general". A diferencia de otros filósofos contratualistas, Rousseau sostiene que la soberanía reside en el conjunto del pueblo, y no en un monarca o una élite. La voluntad general representa la suma de los intereses comunes de todos los ciudadanos, y es la base legítima del gobierno. Por lo tanto, las decisiones políticas deben ser tomadas en función del bien común, y no de intereses particulares.

    Rousseau también destaca la importancia de la participación ciudadana y la democracia directa. En su visión ideal, los ciudadanos deben tener una participación activa en la toma de decisiones políticas y legislativas. A través de la deliberación y el debate, la voluntad general se expresa y se traduce en leyes que reflejan los intereses y necesidades de la comunidad.

    Sin embargo, la teoría del contrato social de Rousseau también ha sido objeto de críticas y debates. Algunos argumentan que su visión de la voluntad general puede dar lugar a la tiranía de la mayoría y a la supresión de las minorías. Además, la aplicación práctica de su teoría en la realidad política puede ser complicada debido a la diversidad y complejidad de las sociedades modernas.

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