Cómo contratar a un becario

Cómo contratar a un becario

Cuando una empresa necesita mano de obra cualificada, pero todavía no se cuenta con los recursos suficientes para asumir la contratación de empleados, deben valorar la posibilidad de trabajar con becarios. Existen diferencias entre incorporar una persona que aún está realizando sus estudios y la opción de realizar un contrato en prácticas con algún recién titulado. Para contratar a un becario e incorporarlo a la empresa, existen dos opciones: el convenio y el contrato.

Un estudiante que sea contratado como becario puede iniciar de esta forma una carrera profesional, por lo que las universidades y empresas establecen convenios para facilitar la incorporación de estudiantes a las empresas.

Índice

    Características del contrato de becario

    Realizar un contrato de becario no establece una obligación para la empresa de hacer una retribución económica por las prácticas. Es frecuente que durante las prácticas curriculares, es decir, las de carácter obligatorio para conseguir el certificado de estudios, no se ofrezca ningún tipo de remuneración. Cuando se realizan prácticas extracurriculares, sí existen compensaciones económicas, que varían entre los 300 y 600 euros.

    Los becarios no se encuentran regulados por el Estatuto de los Trabajadores, por lo que los beneficios económicos que reciban o el horario está determinado por el convenio establecido entre el centro educativo y la empresa.

    Si las prácticas están remuneradas y el trabajador está dado de alta tiene derecho a jubilación, invalidez o baja por incapacidad temporal y todas las prestaciones que poseen los demás trabajadores, con excepción al derecho a la prestación por desempleo.

    ¿Cuáles son los requisitos para contratar un becario?

    El requisito indispensable para contratar a un becario es llegar a un acuerdo de colaboración entre la empresa y la universidad o centro de formación, en el que queden establecidas las condiciones de la oferta de trabajo que se va a realizar. Esto es conocido como convenio de prácticas.

    El becario no adquiere como tal una relación laboral con la empresa en la que realiza las prácticas, sino que se establece un convenio de cooperación educativa entre las tres partes: la universidad o institución educativa de la que procede el estudiante, la empresa que ofrece el trabajo y el propio estudiante. El objetivo que se persigue con esta colaboración es fomentar la inserción laboral una vez se terminen los estudios.

    Otro de los requisitos que se deben cumplir para contratar a un becario, en caso de que el becario reciba una remuneración, es que la empresa debe dar de alta al becario en la Seguridad Social para que cuente con la cobertura necesaria que le permita trabajar. Todos estos trámites deben ser realizados por la empresa.

    Cómo contratar a un becario

    Contratar a un becario con prácticas no remuneradas

    Una empresa puede recibir a estudiantes que no hayan terminado aún sus estudios y que necesiten realizar prácticas profesionales para poder completar su formación académica. Estas prácticas son conocidas como prácticas curriculares y son obligatorias para poder obtener el título universitario o de Formación Profesional.

    Estás prácticas duran entre 300 y 600 horas, y el becario no recibe por lo general ningún tipo de compensación económica. Es recomendable que las empresas ofrezcan algún tipo de retribución para aumentar la motivación, como puede ser, pagar el transporte. Dicha cantidad está sujeta a una retención de IRPF del 2% para el becario.

    El becario por lo general no cumple con las jornadas completas. Lo habitual es que cumpla entre cuatro y cinco horas al día en las instalaciones de la empresa. En algunas universidades, se hace diferencia entre el periodo lectivo, cuando se aplica esta restricción de horario, y periodos no lectivos donde se permite que el estudiante haga jornadas de hasta siete horas.

    La duración del convenio es corta, siendo lo habitual periodos de tres a seis meses. Sin embargo, en algunas ocasiones puede ser más largo, siempre que se pueda encajar esa extensión dentro del programa formativo de la universidad.

    Para contratar a un becario hay que contactar con las personas encargadas de gestionar estas prácticas y ofrecer a la empresa para realizar las prácticas. Estos centros se encargan de gestionar los diferentes trámites. También puede ser que el estudiante de forma particular, contacte con la empresa para solicitar realizar la práctica.

    El problema que pueden tener las empresas es que cada universidad fija sus normas, y el reglamento puede ser limitante. Esas normas pueden incluir desde el horario hasta la duración de la práctica, pasando incluso por el modo de selección de los candidatos. El otro problema es que muchos estudiantes no tienen el mismo grado de compromiso que un recién graduado.

    Contratar un becario con prácticas remuneradas extracurriculares

    También existen las prácticas extracurriculares para contratar a un becario. En este tipo de prácticas, se crea un convenio entre la universidad y la empresa para facilitar la realización de estas prácticas después de que los estudiantes hayan obtenido sus títulos.

    Es un complemento formador al título conseguido, que incluye un pequeño salario. Este salario suele estar cerca del Salario Mínimo Interprofesional y los practicantes son dados de alta en la Seguridad Social, la que representa un coste muy bajo para la empresa.

    En esta modalidad, las empresas negocian con las universidades o centros de formación, cuáles son las condiciones de sueldo, horarios y las funciones que se van a realizar en el puesto de trabajo. Después, los estudiantes pueden ofrecerse como candidatos, o la institución educativa busca a los candidatos.

    La tramitación y contratación se realiza de manera sencilla, debido a que el centro se encarga de realizar todas las gestiones y la empresa solo debe firmar el contrato y de cumplir las condiciones que se establecieron.

    La legislación española establece este tipo de contrato, que tiene algunas restricciones:

    • El candidato tiene que haber acabado los estudios en los cinco últimos años, o siete en el caso de las personas discapacitadas.
    • La duración no debe ser menor a seis meses ni superior a dos años.
    • La remuneración no puede ser en ningún momento inferior al salario mínimo. Además, si hay otros empleados desempeñando funciones similares al becario, este cobra al menos un 60% del sueldo de esos empleados el primer año y un 75% el segundo año.

    Cuando la empresa necesita a alguien con un perfil profesional cualificado, contratar a un becario en prácticas es una forma muy económica de contar con talento, con la condición legal que después se adapte la remuneración al perfil.

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    Alternativas para contratar a un becario

    Cómo contratar a un becario

    La otra alternativa para contratar a un becario son los contratos de formación y aprendizaje, que alternan trabajo y formación durante el tiempo que dure el contrato de trabajo. Están dirigidos a personas de entre 16 y 25 años que no tengan los conocimientos necesarios para ocupar ese puesto de trabajo.

    Por este motivo, se deberá destinar a la formación el 25% de la jornada laboral durante el primer año, y el 15% de la jornada el tiempo restante. Además, existen grandes bonificaciones si se convierte en un contrato indefinido después de finalizado el periodo de formación.

    ¿Cuánto cuesta contratar a un becario?

    El coste de un becario para una empresa depende de las condiciones que tenga el contrato y de los recursos que la empresa le dedique al becario y a su formación. Es importante conocer cuáles son los gastos que conlleva, debido a que no solo hay que tener en cuenta el salario del becario.

    También hay que saber diferenciar el contrato a un becario de los contratos en prácticas o los contratos para la formación, los cuales sí que son considerados contratos laborales.

    Las empresas tienen la obligación de dar de alta a los becarios en la Seguridad Social. Esto provoca que un becario tenga unos costes de Seguridad Social para la empresa. Por esto, los gastos directos que conlleva contratar a un becario para la empresa son:

    1. Costes de Seguridad Social: Tiene un coste 35,24 euros. El becario también debe hacer frente a una parte de las contingencias comunes que consta de 6,18 euros.
    2. Remuneración del becario: En caso de que se le pague, lo habitual es que el salario oscile entre 300 y 600 euros. También puede incluir dietas o ayudas de transporte.
    3. Costes de gestión del centro formativo: Los centros formativos pueden solicitar un pago por la gestión de la contratación y el convenio, que puede estar por encima de los 30 euros.

    Estos son los costes directos que existen cuando se contratan becarios. Sin embargo, existen otros gastos de personal que se producen a diario y que suponen un coste para la empresa, como los de formación, las horas de trabajo dedicadas al becario o todos los de material de oficina.

    El coste de contratar a un becario es muy bajo comparado con el de un trabajador normal. Esta es una de las ventajas de contratar becarios por parte de la empresa. Es necesario conocer cuánto cuesta contratar a un trabajador para saber la diferencia que existe entre ambas contrataciones. Hay que tener en cuenta que contratar a un becario para sustituir un trabajador es una práctica ilegal, por lo que debe ser denunciada.

    ¿Cuánto se paga a la Seguridad Social por un becario?

    becario trabajando

    Actualmente únicamente es obligatorio por parte de las empresas de dar de alta en la seguridad social a aquellos becarios que realicen prácticas remuneradas curriculares o extracurriculares. Todos los becarios que comiencen su periodo de prácticas, tanto remuneradas como las que no son remuneradas, deben ser dados de alta en la seguridad social.

    Por otra parte, si la empresa decide remunerar al becario, las prácticas externas curriculares remuneradas tendrán una bonificación del 100% en la cotización a la seguridad social, mientras que las extracurriculares remuneradas no disponen de ningún tipo de bonificación. Solamente por el hecho de que exista esta bonificación, no exime a la empresa de tener que dar de alta y cotizar al contratar a un becario, aunque luego el importe sea bonificado.

    La base de cotización es la mínima del Régimen General para los contratos para la formación y el aprendizaje. La cuota total de Seguridad Social para los becarios  es de 56,90 euros, de los que 8,49 corren a cargo del becario y los 48,41 restantes a cargo de la empresa.

    Hay que tener en cuenta que el alta en la seguridad social es aplicable tanto para las prácticas realizadas por estudiantes universitarios con titulaciones oficiales de grado y máster como por estudiantes de formación profesional de grado superior o medio.

    Además hay que cumplir con los siguientes requisitos para poder hacer efectiva el alta correspondiente en la Seguridad Social:

    • La beca o práctica externa debe estar financiada por la empresa o instituciones públicas y privadas.
    • Las prácticas tienen que estar vinculadas con los estudios universitarios o de formación profesional que esté realizando el estudiante.
    • La beca no podrá ser únicamente lectiva, sino que debe tener prácticas formativas.
    • Las empresas que financian la beca o prácticas tienen la obligación de darles de alta en la Seguridad Social durante todo el periodo que permanezca en esa empresa.

    Un becario que realice su cotización a la Seguridad a través de un contrato de becario tiene derecho a prestaciones de jubilación, invalidez e incapacidad temporal por accidente laboral o enfermedad común, pero en ningún momento cuenta con el derecho de recibir una prestación por desempleo.

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